EMOCIONES TÓXICAS UN ERROR CATEGORIAL: UNA CRÍTICA DESDE LA PSICOLOGÍA

En el ámbito popular, se ha vuelto común hablar de “emociones tóxicas” para referirse a un conjunto de emociones displacenteras como; la ira, la tristeza, la culpa, la envidia, entre otras. Esta denominación si bien puede parecer intuitiva, en su conceptualización presenta una falacia lógica por lo que representa un serio error categorial, cuyo término fue introducido por Gilbert Ryle (1949) que describe cuando se asigna una propiedad o característica a una categoría que no corresponde ni semántica, ni ontológica.
Las emociones no son “tóxicas”:
Las emociones son definidas por Reyes y Tena (2016) como respuestas innatas e involuntarias que surgen ante eventos relevantes para nuestras metas o bienestar psicológico. Estas reacciones no solo colorean nuestra experiencia, sino que también son adaptativas a nuestro entorno y cumplen funciones cruciales para la supervivencia y el bienestar individual y social.
Las funciones principales de las emociones son:
- Optimización del procesamiento de información: Las emociones actúan como filtros, priorizando la información relevante para nuestras metas y dirigiendo nuestra atención hacia lo que es importante. Esto nos permite tomar decisiones más rápidas y eficientes en situaciones clave.
- Coordinación de respuestas cognitivas, conductuales y fisiológicas: Las emociones movilizan nuestro cuerpo y mente para la acción. Aumentan la energía, agilizan el pensamiento y preparan el cuerpo para ejecutar las acciones necesarias para alcanzar nuestras metas.
- Comunicación de necesidades e influencia en las interacciones sociales: Las emociones son señales que transmiten a los demás nuestras necesidades e intenciones. Permiten la coordinación social y la construcción de relaciones significativas.
Por todo lo anterior descrito, las emociones que generalmente se consideran “negativas” como la ira, la tristeza y el miedo, pueden ser útiles en ciertas situaciones. Ejemplo la ira puede motivarnos a defendernos ante una amenaza, la tristeza puede ayudarnos a procesar una pérdida y adaptarnos a una nueva realidad y el miedo ante una amenaza nos impulsa a buscar refugio. Por lo tanto, las emociones no son entidades en sí mismas, sino procesos complejos que varían en intensidad, duración y contexto. Lo que puede ser una emoción útil en una situación, puede serlo menos en otra. (Mennin y Fresco, 2015)
Las emociones principalmente las básicas, se reconocen porque son identificables y comprensibles en todas las culturas, independientemente del idioma, la etnia, edad o el contexto social, es decir son universales, Ekman (1992) describe unas características como; su universalidad en los eventos que les anteceden, universalidad de sus signos, universalidad de su fisiología, así como la coherencia entre sus pautas de respuesta observable, su rápida activación, su breve duración, por tener una su valoración automática y su ocurrencia involuntaria.
El etiquetar las emociones como “tóxicas” implica una visión simplista y dicotómica de la vivencia humana, además puede contribuir a la patologización de experiencias normales y a la estigmatización de las personas que las experimentan, esto puede generar sentimientos de culpa, vergüenza y aislamiento, dificultando aún más la regulación emocional, llevando a la negación de las emociones, la autocrítica y el aislamiento social.
Clave para un bienestar emocional: regulación emocional
Thompson (2011) define la regulación emocional como los procesos extrínsecos e intrínsecos responsables de monitorear, evaluar y modificar las reacciones emocionales, especialmente sus características intensivas y temporales, para lograr los objetivos. De acuerdo con a Werner y Gross (2010), la regulación emocional efectiva implica adaptación al contexto y congruencia con la controlabilidad de los eventos internos y externos. Por lo que implica el siguiente proceso:
- Pausarse y permitir la experiencia de la emoción como los pensamientos, sensaciones, impulsos, sentimientos, sin evitarlos, resistirse a ellos o actuar por impulso para modificarlos.
- Reconocer la emoción, cada emoción difiere en sus dimensiones conductuales, fisiológicas y funciones, reconocerlas facilita regularlas con efectividad.
- Discriminar qué tan controlables son la situación y la emoción misma.
- Consciencia y jerarquización de los valores personales y metas a largo plazo. Se requiere inhibir la conducta impulsiva y reorientar el comportamiento a la consecución de una meta deseada.
Una de las estrategias utilizadas para la regulación emocional es la aceptación radical, que se enfoca en comprender, discriminar y reconocer las emociones, tolerar las experiencias dolorosas y validar su existencia. Esta estrategia contrarresta la tendencia de las personas con problemas de regulación emocional a ignorar, minimizar o negar sus sentimientos. (Hayes et al., 2003)
Método para la práctica de la aceptación radical (Reyes y Tena, 2016)
- Aceptación radical: total y sin resistencia
- Aceptar la realidad como es.
- No negar la realidad.
- No ignorar lo que sucede.
- Aceptar que todo tiene una razón de ser.
- Dejar ir los “no debería(s)” o ¿por qué(s)? (e inventar razones y reglas para justificarlo).
- Cambiarlos por un “sí debería” (tomar una actitud comprensiva y compasiva).
- Relajar el cuerpo.
- Aceptar que la vida vale la pena vivirse aun cuando tenga dolor.
- Encontrar una forma de construir una vida que valga la pena vivir.
- Aceptar la realidad como es.
- Tener una buena disposición:
- Dejar que el mundo y las emociones propias “sean como son”.
- Reconocer y aceptar la situación como es.
- Asumir que en algún momento se tendrá que participar de ella.
- Participar de la realidad.
- Participar de forma tan efectiva como sea posible.
- Dejar que el mundo y las emociones propias “sean como son”.
- Cambiar el enfoque una y otra vez: redirigirse a la aceptación (y practicarla a menudo).
- Notar cuando uno es “terco”.
- Por ejemplo, identificar enojo, fastidio, por qué(s), no debería(s), entre otros
- Hacer el compromiso de aceptar y tener buena disposición.
- Reorientar la mente hacia la “aceptación” y tener “buena disposición”.
- Repetir el proceso
- Hacerlo tantas veces como sea necesario en el día
- Notar cuando uno es “terco”.
Es necesario comprender que todas las emociones, incluso las displacenteras, cumplen funciones adaptativas y pueden ser útiles en diferentes situaciones, hablar de “emociones tóxicas” es una construcción categorial errónea, invalida desde un punto de vista científico. Que puede tener efectos negativos en la salud mental estigmatizando y patologizando las experiencias emocionales normales, es fundamental promover la aceptación de todas las emociones como parte natural de la vivencia humana.
REFERENCIAS:
Ekman, P. (1992). Are there basic emotions? Psychological Review, 99(3), 550-553. https://doi.org/10.1037/0033-295x.99.3.550
Gross, J. J. (2015). Emotion Regulation: Current status and future Prospects. Psychological Inquiry, 26(1), 1-26. https://doi.org/10.1080/1047840x.2014.940781
Mennin, D. S., & Fresco, D. M. (2015). Advancing Emotion Regulation Perspectives on Psychopathology: The Challenge of Distress Disorders. Psychological Inquiry, 26(1), 80-92. https://doi.org/10.1080/1047840x.2015.969624
Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2003), Acceptance and Commitment Therapy: An Experiential Approach to Behavior Change (1er ed). Nueva York: Guilford
Reyes, M., & Tena, A. (2016). Regulación emocional en la práctica clínica. una guía para terapeutas. El Manual Moderno, S.A.
Ryle, G. (1949). The Concept of Mind. Barnes & Noble, Inc.
Thompson, R. A. (2011). Emotion and Emotion Regulation: Two Sides of the Developing Coin. Emotion Review, 3(1), 53-61. https://doi.org/10.1177/1754073910380969
Werner, K., & Gross, J. J. (2010). Emotion Regulation and Psychopatology: A Conceptual Framework. En A. M. Kring & D. M. Sloan (Comps.), Emotion regulation and psychopatology.A transdiagnostic approach to etiology and treatment (pp. 13-37). Nueva York: The Guilford Press.
Etiqueta:emociones, psicología, regulación emocional
2 Comentarios
Tema interesante que a demás va evolucionando como la ciencia que lo estudia .
Así es, muchas gracias por comentar